Hay sueños de mármol convertidos en efigies
para perdurar en los tiempos necesarios
y hay otros sueños de hierro, ya oxidados,
muriendo en la tristeza del olvido.
Hay distintos sueños, más sueños y más reales
aunque escondidos en místicos sentires,
que como canciones de juglares y poetas
se transmiten sin morir… siglo tras siglo.
Son los sueños… como astros que buscan su destino.
Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011
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