Es bueno despertar y en otra almohada
que un sueño se despierte con el tuyo
con sonrisas y un beso que de suyo
en suspiros al cielo te traslada.
Allí sólo presientes un murmullo
y ese “te amo” sutil en su tonada
te recuerda el soñar de la velada
abriéndose ante ti como un capullo.
Ese sentir que tú eres el refugio
una entrega de amor sin artilugio
y encontrar en la piel y en la mirada
todo el amor de su
total entrega,
en ese encanto el
alma se sosiega
y a punto de volar se siente alada.
Publicado en mi libro "de la espera a lo esperado". 2011
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