verbenas

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

LA SEQUÍA

¡Qué tristeza hay en mi rancho! ¡Cómo le duelen las aguas
que quedaron en el cielo! Y él le canta a su manera
al verde que una vez fuera.

Son gemidos plañideros, los cantos que allá se escuchan,
está llamando a las lluvias que eran sus compañeras
y su vida en hojas nuevas.

Él apoya sus dolores en el esfuerzo del fresno
y el arresto de las hierbas, de esperanza enajenada,
que avizoran la luz de las madrugadas.

Que puedo decirle al rancho para que no se me muera
si yo me arrastro más que él, con sus dolores adentro
oyendo el silbar bajito de sus lamentos.

Ya vendrán tiempos mejores si resucitan tormentas,
esas que están escondidas en los cerros, tras los soles,
y mojarán a los cocos y la copa de los molles.

Ya vendrán  esas cosechas de risas y de bullicios
y estaremos todos juntos, aquellos que siempre amamos
el haber vivido adentro… de sus días calmos.


Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011

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