Brotará de mis hijas
un soneto
nacido como el trigo
en tierras buenas
tierras llenas de
lluvias muy serenas
y llegarán los
versos a mis nietos.
Darles en él aroma de
azucenas
la sombra y
protección de los abetos
mi espíritu de dicha ya repleto
del íntimo calor de
las colmenas.
Son ellas de
virtudes muy probadas,
de agudeza y ternura
enaltecidas
y con todo el
contento de la vida.
Fueron y son mi
savia consumada
el sostén de mis
ansias agobiadas
y toda dicha para
ser vivida.
Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011
No hay comentarios.:
Publicar un comentario