A mi nieto
Jerónimo Caballero Cámpora
Confieso,
que
desde la quietud en que te encuentras,
movilizas
con fuerza la médula de mi alma
y no
sólo por ser sangre de mi sangre
sino
porque sé que cuidarás mi nombre.
Confieso,
que
desde esa nimiedad tierna y oculta
-como
otras veces me ocurriera-
sacudes
mi ser que en el amor exalta
el
saber que llega quien cuidará mi nombre.
Confieso,
ternura
viva, que el cielo no me olvida,
que eres otra gracia que viene
de lo alto
y podré partir en paz cuando el
momento llegue
sabiendo, como pasara con mi
hijo,
que mi nombre
estará bien cuidado
y por eso te
esperaba, Jerónimo.
Te esperaba.
Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011
No hay comentarios.:
Publicar un comentario