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viernes, 21 de noviembre de 2014

DEDICATORA Y PRÓLOGO DEL LIBRO "DE LA ESPERA A LO ESPERADO"

A Andy, el amor de mi vida.

Muy especialmente a mis nietos Jerónimo y Wenceslao.

Con ese amor que conocen, a:

Constancia  y Juan y mis nietas María Victoria, Candelaria y Lucía.

Carlos María y Tatiana y mis nietos Josefina, Milagros y Jerónimo.

María Belén y Diego y mis nietos Joaquín y Santiago.

Sofía y Juan Cruz y mi nieto Wenceslao.

José Francisco y Natalia.







POEMA

Instante del alma que se siente eterno
en esta ánfora plena de aguas y coros.

Clamor silencioso de instintos y esencias
en quietud de atajos que el ánimo esparce.

Conmociones hondas, sentires cautivos,
raíces del alma que en follaje estallan.

Trozos de vida y de años donde rizan,
hacia ardores distintos, las propias pasiones.

Deseos confesos de llegar al alma,
hasta en los silencios y olvidos del tiempo.

                                                 
                                                    Carlos Justino Caballero

 

Esta vez transcribo en “a manera de prólogo” un poema que publiqué en mi libro “De cumbres y de abismos”. Traté de transmitir en él lo que yo entiendo que es un poema, lo que siento al escribir cuando en ciertos momentos está tan plena el alma, tan llena de sentimientos, que es necesario darles salida sintiéndolos eternos. Ese sentir silencioso que necesita ser esparcido por la profundidad de lo sentido y necesita ser liberado por la pluma en donde estalla.
 Esos sentimientos brotan porque son parte de la vida y siendo universales y comunes a toda condición humana, pueden llegar a otras almas, a “ardores distintos”, a través de lo que escribo. Y confieso además ese íntimo deseo de querer perdurar y llegar más allá de “los silencios y olvidos del tiempo”.
 
Quienes tenemos hijos o seres que nos aman deseamos, seguramente,  que más allá de las distancias o la muerte, podamos permanecer en ellos de todas las maneras posibles. Y ésta es una más: lo que queda plasmado en poemas.

 


Carlos Justino Caballero   (2011)

SONETO AL AMOR VERDADERO


A Andy, mi bello amor

Si le canto al amor, al verdadero,
es cantar desde el ser loas al viento
es crear las palabras que yo siento
y dejar que ellas colmen los senderos.

Es admitir en cantos y en mi acento
y en todo mi bagaje cancionero
que ha llegado y con ritmo de bolero
a lucir toda mi alma ese contento.

Y vino en alas bellas de alegría
y en alto vuelo de bondad extrema
aquello que mi espíritu entendía

iba a llenar de garbo mi poema
tan soñado y cantar la fantasía
de enarbolarlo como ansiado emblema.



Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011

SONETO A LA PREMURA DE LOS SANTOS


No creo vengas para estar conmigo
y esperarás seguro a que yo vaya
sin importar si mi alma se desmaya
por el donaire de vivir contigo.

Es tan grande el afán con que persigo
ese deseo que en mi pecho estalla
al perpetuar a un padre de tu talla,
que a veces siento como que mendigo.

No advertiste, en premura de los santos,
buscando el cielo y alabar Su gloria
y siguiendo tu idea perentoria,

que acá dejabas los filiales llantos
con el alma repleta de quebrantos
sólo atenuados en la fiel memoria.



Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011

NUNCA LO HE CONTADO


Dicen, no yo sino aquellos que lo saben,
que sentir perfume en los rincones
o escuchar una música en el aire
sin que nadie nos circunde,
es saber que murió un santo y está cerca
y nos llega con sus bendiciones.

No sé si es cierto lo que muchos dicen
pero yo he oído, aunque nunca lo he contado,
música del cielo saliendo de rincones
y aromas exquisitos en el aire puro
llenando de paz toda mi alma y los sentí
cuando murió un hombre. Un hombre santo.



Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011

UN RECUERDO DE AMOR


Por la bajada del viejo camino
venía mi padre
caminando lento y mirando lejos.
Yo oía su canto
aunque él poco cantaba…
Venía acompañado
por el viento, por ángeles
y por el vasto cielo.
Ardía en sus ojos una tierna lumbre
germen de muchas dichas.
Me sorprendía verlo caminando
pues más bien recordaba
su quietud reflexiva
o la sonriente alegría,
en su sonrisa… de siempre.

Por la bajada venía
mientras yo claudicaba.
Claudicaba mi pecho
y mi piel sudorosa
y mis manos temblando
ante su presencia viva.

Y yo claudicaba
en mi recuerdo de amor,
de amor por mi padre.



Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011

SONETO A MI DIOS COMPASIVO



Yo estuve pleno cuando el paso viera
de lo vivido y que pensaba oscuro,
advertí dentro de lo que era impuro
esas verdades, las que amanecieran.             
                                           
El daño original que era tan duro
y me iba a acompañar hasta que muera,
convierte tras mi arqueo la litera
en respiro de goces que procuro.

Que ante un Dios compasivo, bueno y justo
será mi Dios más bueno y compasivo
que justo, y aunque hallase algún motivo

pueda cambiar su amor, el gesto adusto
a un  tierno y paternal perdón augusto
por el que yo soñando muero y vivo. 



Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011

EL BAILE DE TU SONRISA


A Santi mi nieto
que lo recordará algún día.

El día en que tu sonrisa
bailó en mi rostro
vi que tus ojos me inundaban
con regocijo
y di en ellos un beso de luz.

Una ceremonia frutal
se celebró en mi alma
esperando que vos,
mi niño,
recuerdes algún día
en tu memoria instintiva

ese día en que danzaste en mi cara
con el ritmo angelical de tu sonrisa. 



Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011