Arde la página, se enciende…
y aún no tomé mi pluma.
Después del sosiego,
quiere volver a vibrar en poesía.
Las liras tantas veces callan…
se van los duendes y los gnomos
y el silencio estalla en sones
que nadie escucha.
La página sigue en blanco
bebiendo ansiedades e impotencias
y las horas que parecen infinitas
se amontonan por llegar a ella.
Pero sigue en blanco…
Publicado en mi libro "De la espera a lo esperado". 2011
No hay comentarios.:
Publicar un comentario